jueves, 3 de mayo de 2007

CN: Cthulonians en el metro

Otro jueves más, Nimendil os ofrece una nueva entrega de las Crónicas Nimendilas. Hoy llega un poco tarde, se que estábais ansiosos, pero no he podido publicarlo antes, debido a mi apretada agenda.


*****


La verdad es que esto se podría considerar una experiencia científica. Nunca antes había intentado respirar con un tentáculo de un palmo de ancho pegado en la cara. Y maldita sea que es complicado. Sobre todo cuando tengo que evitar que me acuchillen, parando los golpes con un zapato viejo.


Todos los días a las 12:20 de la mañana, el radiador de clase emite unos extraños sonidos, como un repiqueteo. Hartos ya de soportar el ruido, que nos despierta de nuestras agradable siestas mañaneras, un par de compañeros y yo hemos decidido investigar su procedencia. El laboratorio de Hidráulica está cerca de clase, y como estos trastean mucho con las tuberías fuimos a ver si tenian algo que ver. En el laboratorio no había nadie y hurgamos un poco entre los trastos y tubos. Detrás de un rotavapor de medición inversa vimos una trampilla abierta por la que bajaban algunos tubos de las calderas. Eran las doce y cuarto y había que darse prisa para averiguar que emitía el desagradable ruido que tan buenos sueñecitos nos amargaba. Y sobre todo había que darse prisa para que no nos pillasen metiendo las narices en el laboratorio. Nos colamos por la trampilla y bajamos por unas escaleras. La oscuridad era casi absoluta y ni siquiera con mi visión nocturna de elfo distinguía donde estábamos. Uno de mis colegas, el enano, que ve mejor en la oscuridad nos dijo al humano y a mi que estabamos en un túnel que parecía ser de metro. Nada más decirlo, confirmando sus palabras, se oyó el rugido de un tren. Al poco pasó un metro. Vacío. Las tuberías vibraron. He ahí la causa del ruido. Ya podíamos subir tranquilos a clase. Pero no. Ragnar tuvo que apuntar lo obvio. ¿Por qué pasa el metro por debajo de la Escuela y por qué solo lo hace a las doce y veinte? Era lo que necesitaba Gork, el enano, para lanzarse por el tunel a investigar. Malditos enanos... es ver un túnel oscuro y se les hace el culo pepsicola. Esperadme aquí dijo el muy cretino. Como si pudiesemos hacer algo sin su visión de puto enano. Al rato volvió, diciendo que este túnel era un ramal que se separaba de la Linea 6 un poco más atrás. Como ya habíamos perdido media clase decidimos seguir el túnel para ver si llevaba a alguna cochera de trenes o un taller o algo así. Después de unos minutos andando comenzamos a oir un murmullo. A nuestras espaldas se oyó un chapoteo. Una rata. Al rato el murmullo se parecía a un cántico. Nos pusimos a discutir si seguíamos o no. En ese momento caímos en que Ragnar ya no estaba con nosotros. Volvimos a oir el chapoteo, y del miedo salimos corriendo hacia delante. De repente vimos luz al final del túnel. Una luz roja y titilante. Con precaución y mirando hacia atrás, por si acaso, avanzamos hasta el final. El túnel desenbocaba en una gran cavidad donde estaba aparcado el tren vacío. Había varías hogueras, que iluminaban a una multitud de figuras allí reunidas. Había gentes de varias razas, pero sobre todo había criaturas extrañas. Criaturas no humanoides, que recordaban a babosas mutantes zombis hiperdesarrolladas.




El cántico formaba palabras: ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu fthang! Nos fijamos en que entre todos los que allí reunidos había dos prisioneros: un hombre y una chica. Estaban atados de pies y manos, pero no amordazados. ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu fthang! El cántico tomaba fuerza. Una figura se destacó entre las demás, alzando los brazos en un gesto sacrílego. Una elfa oscura. No llevaba ropa y gritaba en un lenguaje extraño. La caverna tembló, y de entre las tinieblas del fondo de la sala avanzó un Ser. Su mera presencia era un insulto a la visión. Movía sus tentáculos de forma blasfema. Su rezumante masa de carne hedía.






A mi lado, Gork vomitó. Dos encapuchados avanzaron llevando al prisionero. A una señal de la bruja drow, los encapuchados desenvainaron sendas dagas curvas y las clavaron en el vientre del hombre. Exaltado por los gritos del infeliz hombre, el viscoso Ser alzó uno de sus tentáculos y rozó con él a varias de las babosas mutantes. Entonces comenzaron a cambiar. Sus cuerpos iban tomando forma de cuerpos humanos. En pocos momentos aquellas babosas hediondas se habían convertido en un grupo de ejecutivos trajeados, niños de uniforme y viejecitas amables. Con una sonrisa se subieron todos en uno de los vagones del tren vacio. Los muy cabrones... Los encapuchados cogieron a la chica prisionera. Todavía quedaban otra docena de babosas. Había que hacer algo para detener aquella locura. Y me había dejado mi espada en la taquilla. No hizo falta. Algo babeó sobre mi hombro y antes de darme cuenta estaba envuelto en un tentáculo. El grito de Gork me indicó que él también había sido cogido por otro tentáculo. Todos los sectarios dejaron lo que estaban haciendo y vinieron corriendo hacia nosotros. No estabamos en muy buena situación, pero por lo menos habían dejado a la chica. Uno de los sectarios de las dagas se acercaba a mi con intenciones poco amistosas. Tanteé el suelo para ver si había algo que me sirviese de arma. Solo encontré un zapato. ¿Por qué siempre hay zapatos por ahí tirados? ¿Es que cuando a la gente se les caen no se dan cuenta? El tentáculo me apretó aún más. El fanático intentó apuñalarme. Desvié la estocada con el zapato. Por los pelos.


Y aquí estoy yo, en un túnel lleno de babosas mutantes, sectarios fanáticos con puñales afilados, drows desnudas, un tentáculo asqueroso asfixiándome y un zapato viejo en mi mano. Genial. Si que es una experiencia cinetífica, si. Estudio sobre el pánico en un sujeto a punto de volverse loco de atar, se podría llamar mi estudio. ¡Por Crom! ¿Que ha sido ese ruido? Mierda. Era Gork. Se lo acaba de zampar el bicho que me está estrangulando. El siguiente soy yo. Solo me queda una solución. A ver si desvío el puñal del loco pirado este para que se lo clave al tentáculo y me suelte. Bien, ya está. Salgo corriendo. Todos se alteran mucho. El bicho me persigue. Lo oigo seguirme. El otro bicho grande se acerca. Salto y esquivo el pseudópodo que lanza hacia mi. Todos los sectarios gritan. ¿Que pasará? Vaya, se están pegando los bichos entre ellos. Qué suerte. Aprovechando la confusión me acerco hacia la chica. Le quito las ataduras. Vaya... Menuda elfita iban a sacrificar estos pirados.* Después de las presentaciones formales y de rigor (los elfos somos asín), nos dirigimos discretamente hacia la salida de la caverna. Pero claro, como no podía ser de otra manera, nos ven. Aún queda un resquicio de esperanza. Los dos engendros con tentáculos se están matando entre ellos y han caido sobre los fuegos. La oscuridad nos envuelve. No vemos nada, el túnel es negro como el pecado. No sé como vamos a encontrar la escalera de la escuela en esta oscuridad. Luz. Hay luz. Pero viene de atrás. Y ese ruido... Mierda, los putos chulus han arrancado su tren.
-¡Corre, elfita, corre!- Le digo. Lllegamos a una bifurcación del túnel. Es la línea 6. Si nos damos prisa podemos llegar a la parada más cercana. Viene otro tren de frente. El tío nos ha visto, porque está frenando. De repente aparece el tren de los sectarios. Por suerte la vía lo manda en la otra dirección. Pasamos al lado del tren que ha parado, ante el asombro del conductor. Ahí está la parada. Subimos al andén y nos mezclamos con el gentío. Ya estamos a salvo.



Bueno, al final todo ha salido bien. Me he librado de los malos y he salvado a la chica. ... ¿Que? Aaaah, si... bueno, he perdido a dos compañeros en el intento. Pero bueno, así es la vida... Unos se sacrifican para que otros triunfen y se lleven los laureles. Es duro, lo sé. Pero como hoy soy yo el que me he llevado el premio, pues no me importa.

***




Ahí queda eso. Ha sido un placer compartir con todos vosotros mis aventuras.





Quiero aprovechar para felicitar a una vieja amiga que empuñó sus armas junto a nosotros hace unos años. Feliz cumpleaños, elfa oscura.




*Que cada uno se la imagine como quiera. Hoy no voy a poner fotos ni dibujos, que encima que os los pongo para que disfrutéis no hacéis más que criticarme. Pues hala, sin foto de la elfita maciza.

12 cosas (no) relacionadas:

Bano Tuk dijo...

Vamos ha ver, matan a tu colega enano y al otro, por una elfa, que seguro que es muchas cosas menos inocente.
Propongo un brindis por Ki que ha robado unos documentos que le dan credibilidad como conductor de carretas...
Precaucioooooon amigo carretero, poooooor la senda peligrosa...

Nimendil dijo...

Sabía que me ibais a recriminar esas muertes. Siempre me estais cargando el muerto, nunca mejor dicho.


Enhorabuena, Ki, carretero borracho.

Khazum dijo...

Y tanto que es una elfa maciza....

Curiosamente, el radiador de mi cuarto siempre ha hecho un ruidito, tambien como si fuera un repiqueteo.....crei que era una piedrecita o una bolita que hubiera dentro del radiador, y que con las corrientes de conveccion debido a dos masas de aire a distintas temperaturas...hacian que la bolita chocara contra las cañerias.....tendre que investigarlo.....

Nimendil dijo...

Pues investigalo. Nunca se sabe lo que puede haber detrás de un simple ruido del radiador...

Ki dijo...

¿Pero no eran duendes?

Siempre habian sido duendes hasta ahora...

Nimendil dijo...

Hasta ahora, muchacho. Hasta que Cthulhu retornó...

Khazum dijo...

!VIVA CTHULHU¡

Nimendil dijo...

AVIV UHLUHTC!

Ki dijo...

Eso lo iba a decir yo...

Nimendil dijo...

¿ibas a decir esto o sabi a riced otse orto¿

Ki dijo...

cualquiera ed las sod cosas em habria odinev bien.

Dinorider d'Andoandor dijo...

buen tiempo sin entradas así, eh, Nimendil?

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