jueves, 5 de febrero de 2009

Arthur C. Clarke y las redes sociales

Vamos con un poco más. Esto era lo que tenía para esta mañana, pero como quería publicar lo de la muerte de Hans Beck, inventor de los clicks, he dejado esto para la tarde.


Ahora las llamadas 'redes sociales' están muy de moda. Librocaras, maiespeis, tuentis, fliquers y demás. Miles de usuarios registrados, compartiendo fotos, emoticonos, información, estados de ánimo y tonterías varias.

En 1979, Internet era sólo un germen, un embrión subdesarrollado de lo que es hoy en día, 30 años más tarde. El gran público no tenía acceso y su uso se limitaba a comunicaciones militares y gubernamentales.

Pero Arthur C. Clarke, uno de los escritores por excelencia de la CF dura ya se olía como iban a ser las cosas. En el año 1979 escribió Fuentes del Paraiso. De dicho libro son los fragmentos que os copio a continuación:

"Hubo un tiempo en el que una de las tareas livianas (y a veces pesadas) de todo hombre civilizado era la actualización de su libreta de direcciones. El código universal lo había tornado innecesario, puesto que cuando se conocía el número de identificación permanente de una persona, era posible localizarla en cuestión de segundos. Aún si se ignoraba ese número, el programa común de investigación solía descubrirlo con bastante prontitud, dados la fecha aproximada de nacimiento, su profesión y algunos detalles más.

El desarrollo de los sistemas globales de información también había hecho obsoleta otra tarea fastidiosa. Bastaba hacer una anotación especial junto a los nombres de los amigos que uno deseaba saludar en ocasión de su cumpleaños o de otros aniversarios y la computadora doméstica se encargaba del resto. (...) Pero la misma tecnología que eliminaba una serie de tareas, creaba otras aún más exigentes. Entre estas, la más importante era, tal vez, el trazado del Perfil de Asociaciones Personales. Casi todos actualizaban su PAP el día de año nuevo, o su cumpleaños. La lista de Morgan contenía cincuenta artículos, pero sabía de personas que las anotaban por cientos.
(...)
Por lo común, el egocentrismo y las necesidades profesionales hacían que el propio nombre del suscriptor fuera el primer artículo de la lista.
(...)
Ese día estaba aún frotándose los ojos y la cama acababa de retirarse hacie el interior de la pared, en su modesto departamento, cuando se encendió el Alerta de su pupitre. Mientras oprimía simultaneamente los botones de Café y Lectura, aguardó la primera sensación del día. (...) Envió todo el conjunto de noticias a Warren Kingsley, con un mensaje que rezaba: 'Por favor, llamar lo antes posible' y se sentó a desayunar, aún echando chispas. En menos de cinco minutos apareció Kingsley en la pantalla.
"

Es curioso, porque en la ciencia ficción siempre hay todo tipo de adelantos e innovaciones estrambóticas, pero las comunicaciones no suelen cambiar. Ningún escritor de ciencia ficción pudo predecir la telefonía móvil, por ejemplo. Típica situación de CF: acabas de recorrerte media galaxia en un crucero nafal y estás en un bar con bailarinas holográficas situado en el piso 428 de una ciudad orbital y sin embargo para llamar a tu colega necesitas ir a una cabina. Por favor. Y con internet pasa lo mismo, mucho rayo laser y mucha cosa, pero para buscar información necesitas ir a un supercomputador de alguna empresa millonaria.

Aquí Clarke no es que hable de redes sociales, es que habla de LA red social, en la que está todo el mundo y con la que te puedes comunicar "online" con cualquiera que esté cerca de una pantalla. Pero lo que más me ha hecho ver la similitud entre internet y las redes sociales de hoy en día y esta red que plantea Clarke es lo de la lista de intereses. Ahora mismo todo internet está lleno de listas de intereses, etiquetas, tags, aficciones, temas... Cada vez que te haces una cuenta de cualquier cosa tienes que rellenar una lista con mil cosas que te gustan y que no te gustan, para encontrarte con la gente que coincide contigo en sus gustos. Y lo de los avisos. Cada vez que enciendes el ordenador o te conectas a alguna de esas cuentas te avisa de miles cosas. Tienes 5 correos en tu bandeja de entrada. Hay una nueva versión disponible del Mordor Tetris, ¿desea descargarla? Elfitasexy69 te ha desadmitido de su lista de amigos. Tu lector de feeds tiene 346 artículos sin leer. Ximi ha publicado un post donde dice que te odia. Google te recuerda que con el nuevo Google Intimity puedes mirar lo que tienen tus contactos en los cajones de sus armarios. DarthPajas25 ha añadido dos widgets nuevos a su perfil. Terminator Anti Virus necesita actualizarse. Windows Live Espía se ha actualizado él solito sin pedirte permiso. Y podría seguir, pero ya sabéis a lo que me refiero.

Vale, estamos hablando de un libro del año 79, pero aún así, como digo, Internet no existía casi, y mucho menos a nivel de usuario. Y todo el lío de las redes sociales surgió, como quien dice, ayer mismo. Por eso me hizo pensar sobre lo acertado que estuvo Clarke en sus descripciones del sistema de comunicaciones, anticipándose una vez más a la realidad y demostrando por qué es uno de los más grandes.

Pues eso es todo por hoy. Nos vemos el sábado.

3 cosas (no) relacionadas:

Ki dijo...

que pasa, ¿te sentias culpable pr no haber publicado a su hora?

Dinorider d'Andoandor dijo...

nunca falta quien pueda ver más allá de lo evidente y se anime a decirlo

Ximi dijo...

Esque verdaderamente nos acercamos cada vez más a 1984, a Farenheit 451, y a todas estas obras de hace casi medio siglo que retratan ell futuro de una forma qu eda bastante miedo...

Y Ximi no ha escrito n post diciendo que te odia... pero lo hará (esta es mi interpretación del futuro)

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