Algunas Situaciones Incómodas (ASI)

Hola amigos. Hoy voy a hablaros de rol, para variar. Pero no del rol que todos pensáis, sino del rol de la vida. El rol diario al que nosotros como PJ`s nos enfrentamos cada día. Aún recuerdo una conversación que tuve con Nimendil, acerca de nuestra vida diaria, la vida del día a día, nuestras acciones... ¿y si fueramos meros PJ`s dirigidos por entes superiores de planos paralelos? ¿y si fueramos PJ`s de deshecho de algún jugador de rol de otra dimensión? o incluso peor, ¿y si simplemente fueramos PNJ`s de muerte fácil y vida fútil de una partida ajena a nosotros?. Solo seríamos adornos de un mundo creado por otra persona. !Qué horror¡

Bueno no hay manera de saber cuál es la verdad, de momento... El caso es que en nuestras vidas diarias nosotros como personajes jugadores de nuestra vida nos encontramos con una serie de situaciones que son verdaderamente incómodas. Situaciones en las que desearíamos estar en otro lugar o incluso que aparecieran unos orcos o unos aliens para variar.

Algunas situaciones incómodas famosas o típicas son el trayecto en ascensor con un vecino:

1) Puede ser que el vecino/a sea una repelente y te diga lo típico de: "Cómo has crecido desde la última vez que te ví", "¿Cuánto mides?", "¿Y qué estudias?". Y en los peores casos surge un silencio incómodo, opresivo, que puede provocar una reaccion desastrosa, que haga que acabes diciendo alguna tontería. Pero señora si no me saluda nunca pa que coño me pregunta ahora.

2) Puede ser que la vecina, sea una vecina jovencita buenorra o una mqmf. A eso no le llamaría situación incómoda. Hay muchas maneras de romper la tensión sexual que se palpa en el ambiente.

Pero yo os voy a hablar de dos situaciones bastante incómodas que me han surgido en los últimos días. La primera fue el otro día cuando fuí a a una agencia de viajes a por cierta información que no viene al caso. La señora que me atendió se levantó tres veces de la mesa y andaba de manera rarísima, mientras me proprcionaba lo que necesitaba. Andaba lnta, separando las piernas, como si estuviera escocida o algo así. Claro, lo primero que pensé es que sería un droide dañado enviado por Skynet para asesinar a Nimendil, y que irremediablemente le tendría yo que falicitar a ella la información para localizar a Nimo. El problema surgió cuando la tercera vez que se había levantado, cuando volvía hacia la mesa, ella se dió cuenta de la cara rara con la que la estaba mirando y entonces ahí vino la situación incómoda. "Es que está mañana he acabado destrozada". Claramente, la cara que pusé a continuación debió de extrañarla aún más, con lo que no tardó en decirme: "No pienses mal, es que he estado haciendo sentadillas. Yo es que no suelo ir al gimnasio ni hacer ejercicio, pero ahora que llega el verano, y todo el mundo que dice lo de que empieza la operació bikini."

"Además que no se, que yo estoy muy agusto como estoy, y si a mi novio no le gusta, pues que le den. De todos modos ahora no tengo dinero como para gastarme en un gimnasio. !Con lo caros que son¡. Además el ambiente ese húmedo que hay, no lo soporto. Por eso he empezado ahora a hacer unas pequeñas tablas de ejercicio por las mañanas. Nada serio. Y me parece que hasta la próxima semana no haré nada más porque estoy destrozada..."

No sabía donde meterme, y claro la chica era bastante maja, y no me estaba diciendo nada con maldad. No era plan de darle un corte en plan: "Y a mí que cojones me importa. Sí yo venía a pedirte algo de información turística.". Por eso aguanté estoicamente su verborrea, pensando en lo incómodo de la situación. Lo peor cuando me pidió mi opinión.

La segunda situación se produjo la última vez que fuí al dentista. Mejor dicho, LA dentista. Iba a una inspección rutinaria sin importancia. Lo típico, abres la boca, te miran si teienes todo correcto y hala, para tu casa. Pero en ese poco espacio-tiempo que es la consulta, sucedió algo incomodísimo. La auxiliar de la dentista fue la encargada de ajustar el sillón del paciente, de ponerme unos algodones, y sobretodo el tubito ese que absorbe la saliva continuamente, y que te deja la boca más seca que la mojama. Pues bien, estaba yo con la boca con los algodones en los maxilares superiores, con el tubito de la saliva, y con la enfermera metiendome uno de sus instrumentos médios en la boca, cuando empieza a preguntarme cosas.



"Bueno qué, ¿cómo te va?, ¿hacía mucho que no te pasabas por aquí?, ¿Cómo te va la carrera?, ¿estabas estudiando no?". Mi primer intento, incosciente, fue el de contestarla. Claro, al hablar me clavó su instrumental en una encía, los algodones salieron por los aires, y el tubito de la saliva dejó de absorber la saliva... La enfermera colocó todo de nuevo y siguió con su interrogatorio, pero esta vez no intenté hablar. Tocaba intentar hacer un sonido gutural que se interpretara como sí, y otro como un no. Pero era imposible, por lo que opté por callarme.

Cuál fue mi sorpresa que cuando llegó la dentista, para dar el visto bueno, la enfermera salió diciendo: "!Qué antipático¡. Haber si usted le saca algo doctora, porque no ha dicho nada". Cómo si no te hubiera oido perra. Cojones, ¿qué quieres que te diga?. Saca tus putas manos de mi boca, que ya verás como te hablo.

En fin, supongo que vuestros personajes jugadores de la vida cotidiana se abran visto envueltos en otras situaciones dispares como estas. Nada más por hoy, sí exceptuiamos que....Dentro de unas horas los px por el Todo.