jueves, 10 de diciembre de 2009

En defensa de los tópicos

Buenos días. Primero, para empezar, voy a poner una imagen. La encontré el otro día por ahí y me hizo mucha gracia.


La semana pasada dirigí dos partidas, y en ambas lancé mi artillería de tópicos. Una la empecé describiendo el generoso escote de la hija del posadero y la otra con el encapuchado que se acerca. Es cierto que son tópicos gastadísimos pero a veces las mejores partidas son las que empiezan con los clásicos más clásicos. Es de esto de lo que quiero hablaros hoy.

Yo, para que ocultarlo, siempre me he considerado un buen máster, y no solo eso, sino un máster original y creativo. En mis partidas intento meter conceptos originales, tramas interesantes y giros inesperados.

Pero la realidad es que volviendo la vista atrás, hacia el (aproximadamente) medio centenar de partidas que he dirigido a lo largo de innumerables sesiones, campañas y sistemas de juego, no parecen cosas tan originales. Además teniendo en cuenta que muchas veces en las partidas tomo elementos (o hago refritos directamente) de partidas que dirijo para otros grupos de juego, el pronóstico se agrava.

¿Seré un máster vulgar? O peor aún ¿Seré un máster Dragonlance? No, Crom me libre. Y por eso este es un post en defensa de los tópicos.

Porque los tópicos funcionan. Porque los tópicos gustan. No hay que pasarse, claro está, pero todo el mundo espera al menos una pequeña dosis de tópicos por partida.

Saben los dioses que yo siempre he sido un férreo defensor de los derechos de la ciudadanía orca equiparada. Si en las grandes ciudades pueden convivir los elfos y los enanos con los humanos, los orcos también, que al fin y al cabo son los más civilizados de todos. Sólo tienen ese pequeño problema de canibalismo ritual, pero eso es algo aparte.

El caso es que no es raro en mis partidas que aparezcan orcos "buenos", o al menos que no ocupen el papel de antagonista principal en las tramas. Pero eso muchas veces descoloca a los jugadores y en algunos casos incluso los frustra. Por eso de vez en cuando hay que recurrir al clásico topicazo: pues según llegáis a la encrucijada os salen al paso 1d8 bandidos orcos. Es que es decirlo y el gozo y regocijo se apoderan de todos los presentes en cuestión de segundos.

Y por lo mismo que me gustan los orcos "buenos" también me gustan los elfos "malos". Es muy fácil meter a una secta de jorobados deformes y con pústulas que hagan sacrificios blasfemos, pero siempre será más interesante una secta de refinados y crueles rituales cuyos miembros sean todos altos elfos. Pero igual que antes, los jugadores siempre esperan su pequeña ración de topiquismos y por eso no es malo meter de vez en cuando a unos elfos dándose por el culo o a una buscona elfa de lujuria insaciable en busca de "báculos" de poder.

Y de las tabernas que os voy a decir. Yo no perdono el "estáis en una taberna". En los juegos de rol, tabernas y posadas son lugares sagrados y en cualquier momento de una partida hay que pasar por ahí. No hay nada más tópico que una taberna. Y con eso si que no se juega. A nadie le gusta que la hija del posadero sea un maromo de 2,10 llamado Boris.

Por eso, hay que huir de ciertos tópicos, de los tópicos cansinos, de los tópicos como la paradoja del mayordomo y ese tipo de cosas. Pero hay otros tópicos que ya más que tópicos es que son parte del imaginario popular. Y eso no conviene cambiarlo.

Así que ya os digo, yo defiendo los tópicos en las partidas. Sobretodo en las de espada y brujería. Y con esta afirmación de principios os dejo, que para ser este un post escrito sin planificación previa de lo que iba a decir me ha quedado ya bastante decente.

Hasta el jueves que viene. Nos vemos mientras en el reino del Caballero de Neón.

2 cosas (no) relacionadas:

Lograi el Luciérnago dijo...

Cuando yo jugaba a ESDLA siempre empezábamos en la posada del Cebollino (de nombre tan chulérrimo que me lo reservo para cuando ¡empiece a escribir las jodidas novelas!), porque allí era donde salía el trabajo. De hecho, acabamos incorporando el famoso tablón de anuncios de la posada...
Eso sí, nosotros no teníamos elfos gays. El único gay que salía era un medio Istar...

Dinorider d'Andoandor dijo...

Los elfos malos sí me parecen interesante en el juego pero un orco bueno noooo, los prefiero bien malos, y a la antigua.

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